ANÁLISIS DIGITAL
27/04/2015
Se
realizó un panel para presentar la revista Mal de Ojos en el auditorio Rodolfo
Walsh
Se
criticó la falta de responsabilidad del Estado para enfrentar el problema de
adicciones a las drogas
Por Lucila Manzo
En el marco de la Edición N° 9 de la revista
Mal de Ojos hoy se llevó a cabo un panel en la Facultad de Ciencias de la Educación,
donde se analizó cómo afecta el consumo y venta de droga en jóvenes y
adolescentes de la ciudad de Paraná y Santa Fe. La publicación es realizada por
el Taller de Producción Periodística, donde se exponen los informes
periodísticos de los estudiantes del Taller.
Boeykens, Amore y Palacios abrieron el panel |
Entre los panelistas estuvieron presentes el defensor de pobres y
menores, Pablo Barbirotto; el titular de la Secretaría de Lucha Contra lasAdicciones (SELCA), Mario Elizalde; directora de la Escuela Guadalupe del
barrio La floresta y vicerrectora de la escuela Bazan y Bustos, Nora Mian; madre
y vecina del barrio Lomas del Mirador de Paraná, Mónica Olivera y el periodista
del diario UNO de Paraná José Amado. El eje central estuvo puesto en la
necesidad de llevar a cabo una política de Estado que se comprometa a
intervenir en el problema del consumo y venta de droga y en concretar un
protocolo de acción para la prevención o intervención en adicciones.
Protocolo de Acción
Barbirotto pidió que el Estado intervenga |
El primer expositor fue el defensor, que planteó
que hay trabajar en un protocolo para enfrentar el problema de adicciones, como se trabajó en el
de abuso sexual, que ha dado excelentes resultados, donde cada una de las
instituciones asume su responsabilidad desde el rol que le corresponde para que
se sepa cómo actuar ante esta situación, y consideró que deben tomar cartas en
el asunto tanto el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (COPNAF), como el sistema de salud integral y la justicia. Las instituciones por si solas no van a resolver
nada, es necesario que trabajen en forma conjunta, si una falla se podrá
detectar mejor donde está el problema.
Barbirotto remarcó la
necesidad de que el Estado actúe de manera urgente, para brindarle tratamiento a
los chicos, desde la Protección Integral de los Derechos del Niño y del adolescente y principalmente del derecho a la
salud. Puntualizó que, “la sola criminalización de esta conducta por el sistema
penal, sin un sistema de salud, sin una protección de derechos
fuertes con financiamiento acorde para la intervención que deben dar no va a
resolver absolutamente nada”. El defensor aclaró que el Derecho Penal
interviene cuando el resto de las instituciones que debieron haber visualizado
o solucionado el problema no lo hicieron. Por eso, consideró que pretender
resolver un problema de salud mental, un problema social, con el Código Penal
no solo es inútil sino una locura.
Otro de los temas que
abordó fue el de la delincuencia juvenil relacionada con el consumo de drogas en
menores de 18 años y caracterizó los distintos tipos de delitos. Además criticó
a las estadísticas y los medios de comunicación por establecer una ecuación
casi perfecta entre droga, juventud, pobreza igual a delito, porque no puede existir
una sustancia psicoadictiva que pueda provocar efectos para cometer delitos.
Aclaró que existen personas que se drogan y no cometen delitos y personas que
no se drogan que los cometen.
El
reclamo de dos madres
La profesora Nora Mian
también señaló la importancia de que se trabaje desde los organismos
responsables, y añadió: “Hay que generar lugares de atención a los chicos
porque se mueren como moscas y son los anónimos”. Explicó que hoy en día más
del 50% de la población estudiantil tiene o ha tenido contacto con la droga, y
en los barrios donde trabaja además de la droga existe el delito para consumir,
para pertenecer y resignificarse. Asimismo, destacó reiteradas veces, con el
fin de centrar la mirada del público, que tanto en las escuelas como en los
barrios se saben quiénes son los que venden y nadie hace nada, incluso la droga
se ha trasladado a todos los ámbitos, no es algo que se instala sólo en los
barrios marginales y queda ahí.
La directora agregó que
no comparte la idea de bajar la imputabilidad frente al delito, sino que se
debe trabajar desde otros lugares. De este modo, sostuvo que es difícil
encontrar un lugar de ayuda y que la internación no es la mejor solución.
Además insistió que desde las escuelas tratan de contrarrestar esto con un
mensaje esperanzador de que se puede salir y hacen todo lo humanamente posible.
El relato que más conmovió al público fue el
de la madre Mónica Olivera, que contó la historia de su hijo que consumía
marihuana. Expresó con melancolía que no le faltaba nada, es más estaba sobrado
de todo, tenía una buena constitución familiar, y comentó con enojo que los que
le venden droga a los chicos buscan la vulnerabilidad del sujeto. En un primer
momento se lo incentivó por el sentido de pertenencia del barrio, y
así es como se los logra captar.
Mientras continuaba con el relato, con un
nudo en la garganta dijo que, “fue muy difícil, muy duro para mi darme cuenta
porque yo cuando tenía mis hijos chicos decía cómo puede ser que el padre de un
adolescente no se den cuenta. Bueno, yo no me di cuenta. Mi hijo me la
disfrazaba”. Para concluir contó que logró sacarlo del barrio y su hijo hoy trabaja y estudia, y agregó que no es un hecho ajeno que le puede pasar a
cualquiera. Por último, pidió que los distintos organismos del Estado
intervengan de manera urgente.
El rol pasivo del Estado
Amado señaló que estamo ante un Estado bobo |
El periodista José
Amado, se refirió a que el rol del Estado y las fuerzas policiales es pasivo, y
puntualizó que frente a este contexto estamos ante un “Estado bobo”, porque si
se vende droga frente a la comisaría en Paraná es evidente
que hay un Estado que no actúa, por no decir que pueda existir cierta complicidad.
Remarcó lo que Mian decía, que todos saben en cada barrio quienes son los que
venden y quienes le dan protección. Invitando a reflexionar al público
enfatizó: “Es importante no juzgar a ninguno de estos actores que aparecen,
porque todavía no se sabe bien de qué se trata todo esto, por lo tanto, al
único que podemos juzgar es al Estado, que merece las mayores críticas cuando
falla”. Consideró que se necesita mucha investigación, escuchar a estos pibes,
incluso al que vende droga en el barrio para no caer en el sentido común y
estigmatización, porque cada lugar tiene su particularidad, así como
los barrios de Santa Fe no son los mismos que los de Paraná, cada lugar tiene
su historia, su problemática diferente, aunque el drama actual sea el mismo.
Otro dato importante que abordó el periodista tiene que ver con la edad de los chicos que cometen actos delictivos en la
ciudad de Paraná, destacó como un hecho preocupante, respecto de años
anteriores, que el promedio de edad de las personas que murieron en homicidios
es de 26 años, y el de los acusados en estos delitos es de 20 años y menores
de edad. Están involucrados e imputados chicos de 13, 14, 15 y 16 años, que
también han muerto en estos hechos de violencia. Destacó que disputas
territoriales hubo siempre en los barrios, el problema más grave es que los
chicos ahora están armados. Acá es donde entra en escena un nuevo protagonista
“el soldadito”, un chico excluido del sistema educativo, laboral, familiar,
preso del consumo de droga, carne de cañón de los narcotraficantes, que
utilizan a estos chicos por el tema de la baja imputabilidad.
Un
debate en discordia
Elizalde se llevó todas las miradas |
El momento de mayor
tensión se vivió cuando expuso el director del SELCA, Mario Elizalde, que evitó
hablar del tema y subrayó la necesidad de que se intervenga desde el ámbito de
la salud en el tema de adicciones, se deben capacitar a médicos, psicólogos y enfermeros
para que sepan como tratar estos casos. Consideró que es necesario incorporar
como cátedra la prevención en adicciones en la carrera de psicología y medicina.
Este estudio impulsado por el SELCA se llama Encuesta Nacional de Conocimiento a los Estudiantes de Enfermería y Psicología sobre Adicciones (ENCEPEA), que abarca a 27 universidades, el mismo consiste en una encuesta
con tres bloques general, uno es un ejercicio clínico sobre qué hacer en un
caso concreto y en el último se pide que se establezca un orden de prioridad
frente a problemas común.
En oposición a lo que dijo el defensor, el
titular considera que las comunidades terapeutas no han dado buenos resultados
sino que estos chicos necesitan internarse en hospitales, por eso cree que
la Ley de Salud Mental está muy bien. Haciendo una breve marcación a la
intervención terapeuta explicó que, “en los 90’ las comunidades terapeutas
fueron un negocio fabuloso. Te meto preso en una comunidad de aislamiento, te
someto a una rutina cuasi militar y al cabo del tiempo que fuera necesario te
devuelvo a tu medio donde la igualdad de pares condena nuevamente a este chico
que regresa a su entorno. Lo matamos”. Mientras hablaba, la madre y la
profesora murmuraban enojadas.
Hubo varias interrupciones cuando habló
Elizalde, algunas voces críticas, y se contempló en el auditorio un clima de
enojo y nerviosismo. El defensor intervino diciendo que ningún chico ni sano,
ni teniendo problemas de adicción va a pedir una internación, salvo que ingrese
a la residencia cuando está amenazado de muerte, pero sino no quiere ir.
Apuntando una indirecta contra el director dijo que cuando le pregunta a un
médico o psicólogo qué hacer en estos casos no le han dado soluciones, y no
comprende cómo van a tratar con un chico con problema de adicción sino
considera que está enfermo, al menos que se encuentre en una situación extrema. Barbirotto vuelve a reiterar la necesidad de
un protocolo para enfrentar esa problemática, y cree que debería sumarse la
educación a ese protocolo, para empezar a tomar conocimiento de la situación. En el auditorio se sintió un murmullo y voces a favor y en contra
de las distintas posturas de los expositores.
También irrumpió la exposición del titular la
directora de la revista y moderadora del panel Aixa Boeykens, haciendo alusión
a lo mencionado por Elizalde dijo que es necesario que se tome una política de
Estado seria, se tiene que investigar quienes son los narcotraficantes, no
podemos mirar para el costado, porque son los niños los que están en juego.
Atribuye las responsabilidades a los políticos y considera que cada uno debe
asumir su función desde el lugar que le corresponde, no se puede dejar este
problema sin resolver.
Por último, cuando terminó de exponer el
director se armó un debate sobre la legalización de la marihuana en Uruguay,
hubo voces a favor y otras en contra, y distintos aportes del público. También
se habló de la Ley 23.737, de Tenencia y Tráfico de Estupefacientes en
Argentina, una discusión que captó la atención del público y generó un amplio
debate.
Sobre
la apertura del panel
Abrieron el panel dos
estudiantes del Taller de Producción Periodística, Nahuel Amore y Paulo
Palacios, que escribieron algunos informes periodísticos de esta nueva edición de
la revista, donde dan a conocer las voces de los adolescentes, los jóvenes, los
vecinos y los profesionales que están involucrados en el tema. Por su parte,
Amore se refirió a las fuentes de información que necesitaron para hacer esta
producción, y Palacios abordó la problemática del consumo dándole voz a los
jóvenes y adolescentes que padecen adicciones.
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