27/04/2015
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ANALISIS
DIGITAL
Se realizó
un panel sobre la problemática de las drogas para presentar la novena edición de la revista Mal de
Ojos
Se
criticó la falta de medidas del estado para combatir las adicciones
Esta tarde se realizó el panel denominado El Consumo y Venta de Drogas en la Vida Cotidiana: Los jóvenes, las caras más visibles de una compleja trama. Se llevó a cabo desde las 15.30 en el auditorio Rodolfo Walsh de la Facultad de Ciencias de la Educación de la ciudad. Se criticó la falta de articulación entre los organismos a cargo de esta problemática y la necesidad de inversión para ello en la región. Así, se presentó la novena edición de la revista Mal de Ojos, de la Facultad.
Desde las 15:00, el auditorio Rodolfo Walsh comenzó a recibir a quienes asistieron al panel denominado El Consumo y Venta de Drogas en la Vida Cotidiana: Los jóvenes, las caras más visibles de una compleja trama. Los oyentes fueron parte del debate, que presentó la novena edición de la revista “Mal de Ojos: Mirar fuerte los temas que nos interesan”, el cual, tuvo como eje principal la preocupación e insistencia de los panelistas, y del público, por lograr una “articulación entre los organismos que son los responsables” en palabras de Nora Mian, rectora de la escuela Bazán y Bustos del barrio Sol de Paraná, quien además, denunció que estos organismos están colapsados y que necesitan de más inversión. Mian, también agregó: “Hoy en las escuelas, yo diría, que más de un 40% o 50% de la población estudiantil tiene o ha tenido contacto con la droga. Y en los barrios donde yo trabajo además de la droga, tienen problemas con el delito” y que, la aparición de este fenómeno social es “un síntoma de un tejido social roto, de una relación de poder que mira para el otro lado”. Esto último, lo expresó a modo de denuncia por las anécdotas que los chicos cuentan en la rectoría. Otros de los temas en los que se hizo hincapié fueron la falta de estadísticas en la provincia sobre este tema y la necesidad de aprobar un protocolo de acción para la intervención en estos casos que especifique cómo actuar frente a ellos. Esto último, fue planteado por el abogado, especialista en Derecho Penal Pablo Barbirotto, para evitar que “se tiren la pelota” entre todos, como se protestó en varias ocasiones durante la jornada.
Barbirotto,
defensor de pobres y menores, comentó que desde el 2007 viene trabajando en un
protocolo que asigne roles a cada organismo para saber cómo actuar frente a
esta problemática y dijo: “Así como se trabajó el Protocolo de Abuso Sexual,
que da excelentes resultados y donde cada una de las instituciones sabemos qué
hacer y cómo debemos actuar ante una situación de abuso (…) con el tema de
adicciones en niños y adolescentes
tenemos que trabajar un protocolo la Justicia, COPNAF y Salud, para
saber qué vamos a hacer y cuál es la competencia que le toca a cada uno”. El
abogado también aclaró que: “No basta únicamente con la actuación de la
justicia penal y con encerrar y poner penas a los adolescentes que se ven
involucrados en este tipo de hechos producto de su adicción a las drogas o a
los psicofármacos”. Manifestó la necesidad de “una atención urgente y de
calidad” y que la sociedad entienda que “estamos en un ámbito que tenemos que
trabajarlo desde la protección integral de derechos a niños adolescentes y
principalmente de lo que es el derecho a la salud.”
Otra de las
exposiciones que se realizaron en el panel fue la del periodista del diario Uno
Entre Ríos, José Amaro. El encargado de la sección Policiales del diario habló
para los presentes, con constantes movimientos en sus manos, probablemente por
los nervios, pero tratando de ser claro y detallista al presentar las
estadísticas, que llevó anotadas en su carpeta anillada, de los crímenes que
involucran a las drogas y a los jóvenes en la provincia desde el comienzo del
año. El mismo expresó que en Entre Ríos no hay estadísticas sobre esto, y que
por ello, las había apuntado gracias a su experiencia en la redacción. Y
comentó: “El promedio de edad de las personas que murieron en homicidios es de
26 años y el promedio de edad de los acusados, hasta ahora, en estos delitos es
de 20 años, donde encontramos chicos de 13, 14 ,15 y 16 años involucrados, imputados o muertos en estos
hechos de violencia, que repito, de los 14 ocurridos en Paraná en lo que va del 2015”. Y agregó que:
“Todos estos hechos ocurrieron entre conocidos” y “doce de los 14, vivían en el
mismo barrio y algunos de ellos en la misma cuadra”. El periodista también
criticó al Estado y a la Policía cuando dijo: “Me parece que el rol de Estado
es, por lo menos, pasivo o bobo, si venden droga en frente de una comisaría.
Por ejemplo, en la comisaria 16 en el barrio Paraná 16”. Además pidió que “no
caigamos en esto de la mexicanización, la colombianización, la favelización” ya
que es “no conocer la realidad de las villas, los barrios de cada país. Cada
uno tiene su particularidad”.
Uno de los
momentos más sensibles de la jordana fue el testimonio de Mónica Olivera, madre
y vecina del barrio Lomas del Mirador, quien contó la historia de su hijo,
adicto a la marihuana. Mónica expuso las razones que ella pudo discernir,
fueron las que lo llevaron al consumo de droga. Explicó que a su hijo “no le
faltaba nada” y que, lo que los “narcos” buscan es la “vulnerabilidad del
sujeto” para llevarlo a consumir. Dijo que a el “se lo trató de incentivar por
medio del sentido de pertenencia del barrio”.
La solución que ella encontró, agregó, fue sacarlo del barrio y “hoy
tiene trabajo y estudia”. Mónica fue quién el año pasado denunció el hostigamiento que sufre junto a otras mujeres del barrio por la banda Los Panchos y prometió “llevar el cadáver a la puerta de la casa de Urribarri” si llegase a haber víctimas. Y comentó en la sala que ya le intentaron quemar la casa con su hijo adentro.
Pero sin duda el
momento más tenso lo protagonizó el Secretario de Lucha contra las Adicciones
(SELCA), el Dr. Mario Elizalde. Comenzó su exposición queriendo dejar en claro
que las personas, y más específicamente los profesionales en el campo de la psicología
y enfermería, “no tienen la menor idea lo que es este tema de la droga” y no
están preparados para actuar ante la repentina presentación de un caso. Además,
criticó el manejo que en la década del noventa se le dio a esta problemática y
dijo: “En los 90 las comunidades terapéuticas fueron un negocio fabuloso. Te
meto preso en una comunidad de aislamiento, te someto a una rutina cuasi
militar y, al cabo del tiempo que fuera necesario, te devuelvo a tu medio donde
la igualdad de pares condena nuevamente a este chico que regresa a su entorno.
Lo matamos”. También, Elizalde señaló que en SELCA se diseñaron 16 programas de educación que ya están en ejecución y que el proyecto dio muy
buenos resultados en Hernandarias. Esto fue cuestionado por el público, quien
se unió a un debate que puso incómodos a más de uno de los presentes.
La discusión
generada en el tramo final de la jornada se generó cuando Aixa Boeykens,
convocante y directora de la revista Mal de Ojos, dio lugar a las preguntas del
público. Las protagonistas de este debate fueron una docente del barrio Lomas
del Mirador, y una trabajadora del 102, quienes cuestionaron los dieciséis
programas de educación mencionados por el secretario de SELCA y denunciaron que
en Paraná no hay hospitales para la asistencia de salud mental en estos casos.
Otro de los
presentes indagó a los panelistas sobre la Ley 23737 en Argentina y la
despenalización de la producción y comercialización de la marihuana en la
República Oriental del Uruguay. Para esto último, Elizalde explicó que en el
país vecino una de las razones por las que quedó suspendida la Ley fue que
“cuando uno legaliza el consumo de la marihuana, insólitamente está legalizando
un acceso a la enfermedad “destacando esta razón, sobre otras que mencionó y
dijo: “Partamos del criterio que a la otra persona no le puedo ofrecer
enfermedad”. Sobre La ley 23737, explicó que en Argentina la droga “nunca
estuvo penalizada” y la Ley “no penaliza el consumo de marihuana”. “Establece
que la tenencia para comercialización es lo que se castiga. La tenencia para
uso no”. A esto, Barbirotto agregó que:
“El fundamento fue el principio de la reserva de la Constitución
Nacional, donde las acciones privadas de los hombres que en ningún modo ofenden a orden y a la moral
pública, quedan solamente libradas a Dios y exentas a las autoridades de los
magistrados”.
Las investigaciones que precedieron
al panel
Nahuel, quien fue
el primero en tomar la palabra, comentó sobre su investigación acerca del
“entramado que se teje en lo cotidiano y se visibiliza, de forma naturalizada,
en las esquinas de los barrios de Paraná, siendo los adolescentes las
principales víctimas de este negocio sin escrúpulos”. Paulo por su lado,
investigó en sobre “el circuito que genera el consumo de drogas ilegales en los
adolescentes santafecinos y cómo la problemática del narcotráfico se muestra en
la violencia día a día”. Y explicó que estas problemáticas “no son ajenas a uno
mismo. Están presente en todos lados”. Y al tomar conciencia de esto, uno asume
cierta responsabilidad no sólo con los actores sino con el trabajo mismo.
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El ambiente
Desde las 15:00, el auditorio Rodolfo Walsh empezó a recibir a los interesados, llenándose poco a poco las primeras butacas. Alumnos pertenecientes al Taller de Producción Periodística de la facultad de Ciencias de la Educación, cursantes de la carrera de Comunicación Social; algunos periodistas y fotógrafos; y trabajadores involucrados en la lucha contra las adicciones, como el 102 y el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia COPNAF.
En la mesa
principal estaban Aixa Boeykens,
directora de la revista Mal de Ojos, que forma parte del Proyecto de
Curricularización de la Extensión Periodismo en la Universidad y la Escuela
Secundaria; a su derecha Nora Mian,
profesora de la escuela secundaria Bazán y Bustos; Mónica Olivera, madre y
vecina del barrio Lomas del Mirador; Pablo Barbirotto, defensor de pobres y
menores; Mario Elizalde, director de la Secretaría de Lucha Contra las
Adicciones (SELCA); y José Amaro, periodista del diario Uno Entre Ríos. La
ausente fue Norma Castaño, integrante de la red Madres Solidarias de Santa Fe.
En la mesa azul,
una jarra con agua, vasos, dos micrófonos que iban cediéndose entre ellos y los
apuntes que seleccionaron para guiar su charla, hojas y netbooks, además de,
por supuesto, un ejemplar cada uno de la revista de la Facultad. Durante el
encuentro se mostraron muy amables entre ellos. Mian y Barbirotto se notaron
con mucha seguridad en sus discursos. Quien se llevó detenidamente la atención
de los oyentes y generó un clima de sensibilidad en la sala fue Mónica Olivera,
cuando con preocupación, relató brevemente la historia de su hijo con las
drogas. Amaro, trasmitió a más de uno sus nervios con un constante movimiento
de manos, pero no fue impedimento para que lograra exponer claramente su
trabajo. El más cuestionado fue Mario Elizalde, quien supo resolver todos los
momentos del panel con alguna explicación. Se presentó con seguridad.
El tema del freno
al consumo, la ayuda a los jóvenes y la formación de un protocolo que eduque a
las personas para saber desempeñarse ante una problemática de estas, es muy
complejo. No todos los presentes se retiraron conformes del auditorio ubicado
en calle Buenos Aires 389, pero si con la seguridad de que se necesita seguir
trabajando para lograr darles a los jóvenes una solución ante esta enfermedad.
Por: Astrid Galetti
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